viernes, 24 de julio de 2009

Existencia (2ª parte) [Relato Warhammer Fantasy]

EXISTENCIA (2ª parte)

Si pudiera... si tan sólo pudiera usar su poder... Pero no puede, no sin un cuerpo, no sin algo que contenga su esencia. Los skavens no son como las ratas que le sienten y le temen, los skaven son algo más. Una evolución?... la idea lo aturde, en cierto modo el Gran Desbordamiento del Caos que produjo la desaparición de los Ancestrales cambió muchas cosas, el orden desapareció del Mundo, animales de todo tipo se convirtieron en seres con algo de raciocinio...y maldad, la maldad lo invadió todo, lo deformó todo. La raza de los Hombres Lagarto fue creada para un fin superior, por una razón, por la Razón, pero aquellas criaturas que tiene delante... no tienen razón de ser, sólo el Caos podía crear algo que sólo quiere destruir... Chillidos a sus pies reclaman su atención. No es tiempo de pensar, no es tiempo de divagar.

Los hombres rata miran hacia arriba, pero no lo ven, quizá sí que lo sientan, pero están extrañados por el comportamiento de las pequeñas ratas. Si lo sienten no le dan importancia... De entre el grupo principal se destaca un guerrero con armadura oscura, sus chillidos parecen autoritarios, se impone sobre los demás. Ese es el jefe de aquellos seres. No entiende que es lo que están discutiendo, pero cuando los chillidos cesan cinco o quizá seis criaturas parten velozmente en pos de los eslizones fugitivos. Son veloces y se mueven sigilosamente..., debe hacer algo, pero aquí ya nada lo retiene.




Da la vuelta y vuelve a tomar altura. Cuando las copas de los árboles quedan atrás ya ha tomado una decisión. Volverá a la ciudad-templo, y lo hará rápidamente. Si aquellos hombres rata pudieran verle hubieran temblado de miedo. En un suspiro ya ha desaparecido del lugar. Su velocidad aumenta de tal modo que no distingue nada de la hermosa espesura que poco antes ha tratado de disfrutar. Después de todo debía haberse quedado en la sala de ceremonias, ahí al menos podía haber reunido información...de alguna manera.

Cuando llega a la ciudad-templo se da cuenta de muchas cosas que antes no había visto. Tenía tantas ganas de admirar la selva... Ahora ve un número extrañamente reducido de habitantes, aunque la ciudad lleva milenios en pie nunca antes la había visto tan solitaria. Los barrios de eslizones aparecen casi desiertos, sólo algunos individuos aparecen recostados sobre algún muro, o tendidos completamente en las calles, muy pocos mantienen su actividad habitual, su ir y venir. Eso es muy extraño. Se acerca a observar y pronto descubre la explicación...enfermedad. Supuraciones y pústulas están presentes en la mayor parte de los cuerpos tendidos. Más allá, un pozo de deshove aparece demasiado turbio... cuerpos sin forma flotan en su superficie... No quiere creer lo que está viendo, debe ser por esto por lo que se le ha llamado. O tratado de hacerlo. El centro de la ciudad se encuentra ya cerca, guía su rumbo hacia la Gran Pirámide del dios Sotek. Incluso ahí se percibe la plaga. Los guardias saurios permanecen en sus puestos, tan fieles como siempre, pero algunos se encuentran en unas condiciones deplorables, apenas consiguen sostener sus armas... No desea penetrar en la “casa” del Dios Serpiente, no, aún no. Se obliga a girar hacia su propio templo, de donde no debería haber huido.

Como había supuesto aún no se han dado cuenta de lo ocurrido en el interior de la pirámide. Los guardias mantienen la vigilancia, pero ellos no penetrarán sin una orden, sin un grito de alerta. Pasa junto a ellos con resignación. En el interior de la sala todo aparece como lo ha dejado. En el centro, sobre un altar, se erige su propia carcasa de huesos, su cuerpo momificado. Las antorchas que iluminan el amplio espacio hacen aparecer extrañas sombras que danzan en su blanco cráneo. Rodeando el altar apenas se distinguen tres cuerpos violentamente destrozados. Charcos de sangre tiñen de escarlata tocados de plumas de vistosos colores, adornos dorados y varas de poder ahora inútiles para sus portadores. Siente la culpa, el ritual de reanimación es peligroso, sólo se realiza cuando algo muy grave está ocurriendo, o cuando una gran batalla está a punto de desencadenarse. Pero está escrito que el ritual ha de celebrarse con un poder mágico determinado. Él mismo ha sido despertado otras veces, y siempre ha sentido el enorme poder de la “llamada”, el enorme poder de la magia congregada. Sólo un Gran Slann es capaz de realizar el ritual por sí mismo, y, a pesar de ello luego acaba completamente fatigado. En contadas ocasiones chamanes eslizón son los que realizan el conjuro, para ello son necesarios los de más alto nivel, y en un grupo de al menos cuatro o cinco. ¿Por qué habían sido tres esta vez?? debe reconocer que su poder ha sido enorme, sólo con el hecho de haber despertado su espíritu significa que se han empleado al máximo, sin embargo al menos uno de ellos ha desfallecido en el último momento. Recuerda que al despertar ha notado tres fuerzas, casi equilibradas, pero en el momento de atarlo a su cuerpo una de ellas ha flaqueado, y todo ha estallado en luz.

No es momento de recordar, debe avisar de lo que ha sucedido... y dar constancia de su presencia. Pasea con la mirada por los diferentes objetos. Es necesario un artefacto mágico al que traspasar una pequeña parte de poder, la suficiente para que se sobrecargue y explote, algo que haga mucho ruido. La idea no le gusta demasiado, todos los objetos son sagrados, tallados y trabajados con precisión, mientras se entonan cantos a los dioses. Pero la situación no parece ofrecerle otra salida.

Eso servirá. Unido a una de las varas de poder, un orbe verdoso de gran tamaño ofrece destellos lumínicos. Destellos arrancados por el movimiento de las llamas que crean extraños dibujos en las paredes de la cámara. Le insufla poder, poco a poco una macilenta luz verde se va tornando en intensa, cegadora. La superficie del orbe comienza a resquebrajarse, produciendo un extraño juego de luces. La vara tiembla, se eleva colocandose en vertical y comienza a girar vertiginosamente. La sala se ilumina, las sombras escapan a los rincones, en los muros las escenas pintadas parecen moverse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario