En mis tiempos pasados VIII

MIS OGROS MERCENARIOS

Reconozco que en cuanto apareció (y digo bien, jeje) la facción de los Reinos Ogros, a mi me encantaron las minis, pero hablo de los ogros en sí, no todas las unidades, quizás por eso desde el principio pensé en ellos como un añadido a mis otros ejércitos, es decir como Mercenarios o Aliados. Quiero recordaros que yo he sido coleccionista, es decir, no tenía intención de jugar, por eso no me importaba tratarlos como mercenarios.


Estos nuevos ogros y su nueva fisonomía me parecieron de lo más interesantes, y es que antes las minis de ogros que existían no me llamaban demasiado la atención. Pero el aspecto nuevo, en el que parecían digamos mongoles superdesarrollados me encantó. Así que lo primero que hice fue hacerme con una unidad básica, los Ogros Toro.

Con los Ogros Toro lo principal fue decidir el color que les pondría, no sólo en vestimentas y su iconografía, sino también en la piel. Me centré sobretodo en mi idea de que fueran mercenarios, y poder ponerlos bien junto a mi ejército de Imperio o bien junto a mi ejército del Caos, incluso quizás para mi ejército de Enanos (aunque a estos los abandoné un tanto).


El negro me vino casi de primeras, era un color básico de mi ejército caótico, pero también un color secundario (o terciario) de mi ejército imperial, y reconozco además que es un color perfecto sobre el que hacer destacar el resto de colores que ya había pensado: el rojo para los símbolos y la sangre derramada, y un color claro de piel, todo ello combinado con unos cuantos colores más oscuros para la ropa: granate, verde oscuro, azul oscuro, marrón, etc, de nuevo estos últimos colores eran para hacer contraste con los otros ya señalados.


El dorado debía estar, así como el metalizado por supuesto, pero es que el dorado, con la idea de mercenarios, era de obligada inclusión, aún así traté de no pasarme demasiado con él, al menos en esta unidad.

La piel de mis ogros es un tanto especial, fue una mezcla que ideé jugando con los colores, eso al principio me pareció buena idea, el de personalizarla, pero cuando se acabó la pintura... menos mal que las minis que tenía pude pintarlas, pero claro eso hizo que parara de hacerme con más ogros, al menos en principio, luego sería mi menguado bolsillo el que acabó por decidirme a parar.


Los gnoblars son, en mi opinión, una gran adicción al ejército ogro, así que ni se me ocurrió no pintarlos (en todas las cajas de ogros que compré venían dos o tres a modo de mascotas o acompañantes, al fin y al cabo en juego son útiles para sus dueños ogros, jeje), además me ayudaban a dotar de algo más de "vidilla" a las unidades de ogros.


Los Ogros Tripasduras fueron otra elección que indudablemente quise hacer, primero porque son precisamente los que mejor representan mi idea de ogros mercenarios (sin contar con los Comehombres, jeje) por su cantidad de oro y por lo bizarro de su vestuario y armamento. Y en segundo lugar fue porque representaban un escalón superior al ogro de a pie, es decir, mostraban la evolución de lo que yo quería que fuera un ogro mercenario.

Sé que la sangre me quedó poco realista, pero la culpa creo que la tuvo mi problema con el rojo, tanto fue así que ni se me ocurrió crear sangre más realista, sino que decidí que un rojo simple me bastaba. Siempre he tenido problemas con los colores claros, y aunque ahora creo que no hubiera sido complicado hacer sangre realista, por aquél entonces no quise forzar las cosas.

Sí que en cambio traté de cuidar un acabado algo sucio, que iba bien para ogros y para sus gnoblars, o eso es lo que opino yo. Ojalá hubiera tenido más cuidado en según que cosas, pero reconozco que no me disgustó el resultado de mis elecciones.

La tercera unidad que metí fue la unidad que más me gusta de los Reinos Ogros, los Ogros Sueltafuegos. Con estos tios mi mente no paraba de imaginar posibilidades, y hablo de relatos y demás, si bien luego decidí no escribir nada al respecto.

Pero es que unos monstruos como estos, portando cañones de mano... vaya que me encanta. Para cada cañón, al ser diferentes, se me ocurrió tratar de pintarlos también diferentes, eso me supuso un problema con el jefe de la unidad, pues ese cañón, que es un Gran Cañón Imperial, yo lo quería dorado, pero no exactamente de oro, así que hice varios intentos y al final desistí y lo dejé como está, que tampoco me convence demasiado pero...


Sí que traté de acertar en las llamas que aparecen por la unidad, y en las manchas de pólvora y quemaduras que debían tener unos tipejos tan locos como para agarrar con las manos un arma grande que puede explotar.


Los gnoblars de esta unidad son también los más cachondos, o locos, según se mire, jeje, así que obviamente los incluí.


No podía faltar un personaje o digamos líder de mis mercenarios. Como es lógico me decidí por el mercenario ogro por antonomasia, el Ogro Comehombres. Hay varias minis interesantes a elegir, de hecho me gustaron todas y yo tenía planeado hacerme con tres, pero al final quedó en una, y la elegí siguiendo la premisa de que debían ser mercenarios, bien para Imperio o bien para Caos, es decir, el Comehombres vestido de imperial estaba más que descartado.


Sería el que va vestido de árabe el que elegiría primero. Y es que me gusta dejar claro el que es un mercenario que ha viajado mucho, pero también que ha estado en una región que en cierto modo es misteriosa y a veces es neutral, otras del bien y otras del mal, o esa es mi visión de Arabia. Además, las posibilidades en el ropaje, añadiendo colores del desierto me pareció más que interesante.


No sólo usé colores desérticos, sino que jugué con el dorado y el rojo. Me gustó lo que quedó, si bien, como se puede observar, fue el único que barnicé... en barniz brillante con lo que hoy por hoy no estoy contento con aquella decisión, pero claro, es que por aquél entonces así barnizaba yo, ¿recordáis mi ejército del Imperio?.


De todas formas, como habéis visto en todas las unidades y este personaje, no los pinté de manera plana, sino que probé con la técnica del betuneado. Creo que les fue bien, sobretodo con el color de piel que les hice, y con mi intención de dejarles un acabado algo sucio pero resultón.


Y hasta aquí llegué con mis mercenarios. Como siempre yo no tenía planeado quedarme ahí, sino que quería al menos una unidad más de cada, y dos Comehombres más (los tenía decididos: el del parche en el ojo con un baúl, y el que parece de las Tierras del Sur o de la lejana Lustria). Pero nuevamente la economía y mis intereses en mis ejércitos principales echaron todo eso por tierra.


Al menos creo que me quedó un contingente interesante, ¿no creéis?.

¡Hasta la próxima!