-
CASCARÓN
Debió dejar atrás los pulmones por aquella época en la que los barcos
aún no habían conocido motor alguno. O quizá antes. Echaba de menos
poder aspirar y dejar que el pecho se le llenara de fuerza. Y los
olores. No es que no pudiera percibir los olores, pero como no podía
aspirar la única solución era echar mano de la dirección de los efluvios
o sino del viento.