sábado, 26 de abril de 2014

Reliquia de los Custodios del Tridente: La Huella de Dorn

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LA HUELLA DE DORN

- La Huella de Dorn -

La reliquia más valorada por los Custodios del Tridente es el tridente que empuña su señor del capítulo, una poderosa arma llamada La Huella de Dorn. No es un tridente cualquiera, es un arma reliquia creada a partir de un asta de estandarte que fue empuñado en tiempos pretéritos por el primarca de los Puños Imperiales, Dorn, en una cruenta batalla poco antes de que ocurriera la Herejía de Horus.

Según los archivos del capítulo La Huella de Dorn fue un regalo del Señor del Capítulo de los Puños Imperiales al primer Señor del Capítulo de los Custodios del Tridente poco antes de que el capítulo incipiente viajara a su destino y se asentara. En las fuentes la razón del obsequio fue una muestra de confianza hacia el nuevo capítulo creado a partir de la semilla de los Puños Imperiales, pero también un modo de honrar el sacrificio que un puñado de Puños Imperiales iban a hacer para ayudar a la formación de los nuevos marines espaciales. Un "sacrificio" que requería dejar de lado su antiguo capítulo durante un tiempo indeterminado y, en ocasiones, incluso abandonarlo definitivamente.

La peculiaridad de La Huella de Dorn, que era lo que la había mantenido como reliquia atesorada en los salones de los Puños Imperiales durante milenios, era que en medio del asta había quedado grabada la "huella" o impresión de la mano de Dorn cuando este la empuñó con fuerza inusitada en medio de una batalla, enarbolando así el estandarte y logrando que sus guerreros se mantuvieran firmes a su alrededor. Dicha huella forma un relieve muy nítido y es probable que no fuera reparado para que sirviera como una muestra del carácter y firmeza del primarca.



De modo que el Señor de los Puños Imperiales del momento hizo convertir la reliquia en un arma poderosa con forma de tridente, como un símbolo del nuevo capítulo y a la vez un objeto de poder con el que combatir a los enemigos del Emperador, y se lo dio a Baldimer Sacks, primer Señor del Capítulo de los Custodios del Tridente, que tomó como título el de Senescal.

"Empúñalo como nuestro padre lo hizo, con determinación, para así guiar a tus hermanos en la rectitud, la justicia y la verdad del Emperador". Palabras del Señor del capítulo Puños Imperiales durante la entrega de La Huella de Dorn.

Desde el principio el arma ha dado muestras de su poder y utilidad en cada batalla en la que ha participado, convirtiéndose en un objeto reverenciado y valioso. A lo largo de la historia del capítulo tan sólo en una ocasión ha estado a punto de caer en manos enemigas: ocurrió durante la sentida pérdida del Senescal Baldimer Sacks cuando su nave, que regresaba de una misión desde la propia Terra, fue asaltada por Marines del Caos y Demonios. Según los archivos, mientras el cuerpo del Senescal era despedazado en un frenesí demoníaco, un paladín de Khorne empuñó La Huella de Dorn callendo al instante fulminado, sin embargo otras manos herejes se disputaron rápidamente el tomar el arma; en un desesperado contraataque los pocos Custodios del Tridente supervivientes lograron recuperar el arma y tan sólo uno pudo escapar con ella y regresar a la fortaleza capitular.

Sucesor tras sucesor, La Huella de Dorn, sigue siendo empuñado por el Señor de los Custodios del Tridente en cada combate en el que participa, siendo una visión inspiradora para los hermanos que luchan alrededor.


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