miércoles, 16 de abril de 2014

No es posible (Relato no ficción)


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NO ES POSIBLE

La casa llevaba años desierta, eso era evidente. Llena de polvo, sin apenas muebles, cosas rotas y suciedad por todas partes. El olor era horrible, una mezcla de animal muerto, huevos podridos y orines que tira de espaldas. Lástima que eso no pudiera grabarse con la cámara nocturna.

Era la primera vez que formaba parte del "equipo" de búsqueda de "entes paranormales" y no podía evitar sentirse un poco desilusionado. Esperaba otra cosa, se habían pasado un par de horas montando los aparatos de video, sonido, etc, todo muy técnico y caro. Por no hablar de la charla informativa de treinta y tantos minutos. Insufrible.


Con la ilusión que le había hecho todo esto y los días que había tardado en convencer a los otros para formar parte de una investigación. Tarde se había dado cuenta que estas cosas se las tomaban muy en serio, nada de diversión o al menos pasar un buen rato. Que va. Lo malo es que lo habían dejado solo, con aquella cámara de visión nocturna que no entendía y una grabadora enganchada al cuello. "Lo único que tienes que hacer es grabar por donde vayas", le habían dicho. Y la puta casa aquella era enorme, joder. No tenía ni idea de dónde estaba tras dar tantas vueltas, y de los otros sólo le llegaban noticias de vez en cuando, llamadas a media voz, luces por las escaleras,... Lo reconocía, joder, estaba nervioso y tenía algo de miedo, sentía cosas raras alrededor. Seguramente se había dejado influir por la oscuridad, la soledad y los ruidos, por eso no dejaba de notar frío, tener la piel de gallina y... y ver cosas.

Se centró de nuevo en la pantallita verdosa y dio varios pasos inseguros por el pasillo. En su mente no dejaba de repetir que aquella cosa oscura que había pasado velozmente frente a la cámara tenía que ser un bicho, un insecto enorme eso sí. Pero... se quedó helado, justo en aquél momento notó claramente que algo o alguien estaba justo tras él. Le recorrieron escalofríos por los brazos y la nuca. Tardó un poco en convencerse que o bien no había nadie o aquellos hijos de puta querían darle un susto. Decidió girarse lentamente, escrutando a través de la visión nocturna de la cámara.

Primero su mirada tropezó con la pared del pasillo, con unas manchas oscuras de suciedad, luego, justo a su lado, soltó un gritito cuando se dibujó el umbral de una habitación, ni siquiera se había dado cuenta que aquella sala estuviera ahí. Siguió girando hasta que se dio la vuelta por completo, mirando el resto del pasillo por el que había venido. Suspiró brevemente, no había nada. Las paredes, una puerta cerrada a la izquierda, otra abierta a la derecha, que si recordaba bien daba a un cuarto de baño destrozado y, al fondo, el inicio de la escalera que bajaba. Estudió atentamente el pasamanos, no recordaba que los barrotes fueran tan gruesos, o no al menos el último, el que... qué raro, parecía que empezaba a aclararse aquella zona, juraría que empezaba a parecer.... ¡JODER! ¡Se había movido!, imperceptiblemente pero... de pronto sintió que el mundo se movía bajo sus pies cuando se dio cuenta que estaba mirando lo que parecía una niña delgada con el rostro vuelto hacia él. Tragó saliva y decidió cerrar los ojos. No quería verlo. ¿Qué coño va a hacer una niña allí?, es una ilusión claro, o los otros que querían... abrió los ojos y no pudo evitar lanzar un suspiro de miedo, ahora la niña lo miraba con los ojos abiertos, dos bolitas oscuras. Se quedó quieto sintiendo que lo invadían escalofríos por todas partes. La pequeña parecía hacerse más grande o... ¡se acerca! ¡no, no, NO!

Salió corriendo presa del terror. No veía nada. Sabía que llevaba la cámara enganchada en la mano, pero se negó a parar para mirar y guiarse. Chocó varias veces con las paredes y con algunos objetos que no pudo adivinar hasta que se topó con una esquina, sin salida. ¿Dónde estaba?, no había bajado ni subido escaleras por lo que seguía en la misma planta, había girado a la derecha en... ¿o a la izquierda? ¿Qué más daba?, sus manos no dejaban de presionar hacia delante entre las dos paredes. Se giró, apoyó la espalda contra uno de los muros y se dejó caer hasta sentarse. Encogió las piernas poniendo sus rodillas a la altura de la cara y luego las abrazó. Tenía tanto miedo. De repente se le erizo el pelo de la parte derecha de la cabeza y notó un cosquilleo en la oreja. Entonces una vocecita le susurró.

- Estoy aquí.

Empezó a dar gritos con todas sus fuerzas, encogiéndose todo lo que podía y tapándose desesperadamente los oídos con las manos.

Tras unos minutos se quedó ronco y se calló, tenía la respiración entrecortada y le dolía el pecho y la cabeza. Poco a poco se tranquilizó y dejó de taparse las orejas, no se oía nada. La tenue iluminación verdosa de la cámara tan sólo acentuaba la oscuridad que seguía rodeándole. Su mente era un caos, pero se esforzó por buscar una explicación, porque... no era posible, simplemente se había sugestionado tanto que veía cosas y oía cosas, tenía que ser eso. Por favor, tiene que ser eso.

Cogió la cámara y echó un vistazo a su alrededor con mano temblorosa. Estaba en una habitación con tan sólo una cama pequeña en medio. Tragó saliva y decidió no pensar en el tamaño de la cama. Luego se le ocurrió que todo debía estar grabado en la cámara. O no estarlo, ojalá no hubiera nada grabado, y que "aquello" sólo fuera algo que su mente se había inventado. Tanteó los botones de la cámara hasta cortar la grabación y luego rebobinar para poder reproducir las escenas. Logró detener la visualización hasta el momento en que se daba la vuelta en el pasillo. Le dio al play con un suspiro contenido.

Como hipnotizado volvió a verlo todo de nuevo. Ahí estaba la niña, un bulto aovillado bajo el pasamanos, se gira, su figura se va aclarando sin que el resto del lugar se ilumine a su vez. Luego abre los ojos y lo mira. La secuencia entonces se vuelve caótica en cuanto inicia la alocada huida. La grabación sólo muestra cosas pasar velozmente. Entonces todo se enlentece hasta que casi se detiene y el plano baja, debe ser cuando llega a la esquina y se ha sentado. Se ve cómo la cámara se queda colgando enfocando al frente, a la cama. Entonces algo aparece poco a poco en escena, tiene pinta de... es una pierna de niña, semi cubierta por lo que debe ser un vestido. Se acerca y desaparece hacia la derecha. Se oye en el video el susurro "Estoy aquí" y la escena vuelve a ser un caos. Sus gritos, sus convulsiones... la cámara, entre movimientos, enfoca de vez en cuando de nuevo a la cama. La niña está sentada mirándolo fijamente, de repente desaparece de la imagen.

Busca automáticamente el botón de stop, para el video, cierra con fuerza los ojos y empieza a gemir suavemente. Vuelve a encogerse e inicia un movimiento de vaivén de adelante a atrás. Tiempo después, aunque no podría decir cuánto, se da cuenta que la oscuridad empieza a desvanecerse, está amaneciendo. De sus trémulos labios sólo escapan unas casi imperceptibles palabras. 

- No es posible.

FIN

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