Autor/es: McNeill, Graham
Editorial: Timunmas
Colección: Warhammer 40000
Fecha publicación: 10/01/2006
ISBN: 9788448043834
Páginas: 381
Cubierta: Rústica con solapas
Sinopsis:
Los tiránidos viajan de mundo en mundo a
través de la fría oscuridad del espacio estelar y lo devoran todo en un
inútil intento de saciar su ansia de materia orgánica. En su camino se
encuentra el planeta Tarsis Ultra, donde el capitán Uriel Ventris y su
compañía de Ultramarines los esperan junto a los hermanos marines del
capítulo de los Mortificadores. Uriel deberá aceptar las primitivas
costumbres de sus aliados y contravenir las antiquísimas instrucciones
del sagrado Codex Astartes para destruir la amenaza alienígena.
Escrito por Graham McNeill. Si en la primera novela comenté que me había topado con una historia donde los Ultramarines parecían una excusa, porque no parecían realmente protagonistas claros, en esta la percepción es al contrario. Es decir, la historia no podía tener otros protagonistas que no fueran los hijos de Guilliman. ¿Por qué? porque el enemigo son los Tiránidos.
Sí, lo sé, en realidad cualquier ejército imperial, o xenos (jeje), puede enfrentarse a los Tiránidos y por tanto ser protagonistas de una historia o novela. Sí, sí, pero no es lo mismo, los Ultras contra los Tiránidos son el topicazo en el trasfondo del 40k, por cuanto se les presupone especialistas en luchar contra esta peligrosa especie xenos, pero es normal, fueron los primeros que sufrieron el enorme poder de una flota enjambre deseosa de destruirlos, y el capítulo se vio marcado un buen puñado de años por aquello, ya que perdieron a toda la Primera Compañía, un golpe durísimo para cualquier capítulo astartes.
Pero precisamente gracias al "tópico", la novela consigue que, esta vez sí, los Ultramarines sean los claros protagonistas. Por lo que presumo que McNeill se dio cuenta de que si quería hacer una saga Ultramarine, debía al menos plasmarlos de verdad, en este caso enfrentándolos contra una némesis contrastada. Y la idea ha salido bien, debo decir. Es una historia con un fondo simple pero que juega bastante con las posibilidades posteriores de su protagonista, el Capitán Uriel Ventris y que, mientras, ofrece al lector una serie de escenas y situaciones muy de Warhammer 40000 que seguro cualquier amante de este mundo de cifi encontrará más que interesantes.
Un Sistema imperial se ve en peligro por el inminente ataque de una flota tiránida. Los Ultramarines, que tienen un lazo de unión con dicho sistema gracias a que el Primarca Guilliman lo "salvó" en tiempos pretéritos, acudirá en su ayuda mandando a la Cuarta Compañía. Pero los lazos de unión, las promesas, etc, también harán que los Ultramarines puedan pedir apoyo a sus hermanos del capítulo de los Mortificadores. Ambos capítulos astartes, junto a tres ejércitos de la Guardia Imperial, tratarán, por todos los medios, de evitar la aniquilación de varios planetas y millones de personas frente a un enemigo cuyo número es muy superior.
Lo dicho, idea simple de fondo: salvar a un Sistema planetario de la aniquilación a manos de los Tiránidos. Pero el autor adereza esto con cosas bastante interesantes, de un lado los Mortificadores son descendientes de los Ultramarines, por lo que éstos últimos piensan que sus hermanos serán como ellos, fieles seguidores del Codex Astartes, sin embargo descubren que realizan prácticas muy alejadas de las premisas de Guilliman, y de hecho para los Mortificadores las palabras del Primarca son sólo una base sobre la que luego ir evolucionando a su manera. Para los Ulramarines la palabra de Guilliman es como es, debe seguirse sin ningún tipo de desviación, y, desde luego, no ir más allá; así pues son astartes distintos, aunque provengan de la misma semilla, lo que producirá roces a lo largo de la novela.
En mi opinión es muy interesante el que McNeill presente dos ejemplos tan dispares de astartes, me ha gustado especialmente la facilidad con la que he logrado imaginarme las ideas esenciales de los Mortificadores, y eso teniendo en cuenta que han sido pocas las páginas en las que ésto se ofrece al lector. Ah, pero no serán los únicos astartes que aparecerán en el libro, pero de eso no os contaré nada, sólo que, de nuevo, es un buen punto el que introduce el autor.
Como suele ser habitual, como contraste también haremos seguimiento a humanos normales (y no sólo a Uriel y los suyos, y a los Mortificadores, y a...). Habrá personajes soldados, milicianos, ladrones, etc. Consiguiendo así, el autor, que los lectores veamos como se va desarrollando el conflicto con distintos puntos de vista y en distintas situaciones y, sobre todo, decisiones.
En la novela encontraremos no sólo asedios, si no batallas espaciales, misiones de "equipos de combate", escaramuzas, y escenarios de lo más extraños. Lo más destacable, a mi modo de ver, son los Tiránidos como fuerza atacante y arrolladora, en mi caso quizá sea porque he leído poco sobre ello y por eso ha despertado bastante mi curiosidad, y he disfrutado imaginándome a estos xenos y su "modus operandi", lo que, obviamente, le reconozco a McNeill, es decir, ha sabido reflejar de manera "realista" (dentro del trasfondo me refiero, jeje) lo que pueden hacer los Tiránidos.
¿Ha sido pues una buena lectura?, sí, la he disfrutado pero... Exacto, tengo un "pero", eso sí, es personal, así que lo plasmo aquí sólo por si a alguien le pasa como a mí. Y es que me he topado con que no me ha enganchado lo que se supone que debería engancharme si me ha gustado. ¿La razón?, pues las lecturas de novelas del 40K anteriores a esta que he realizado, me temo que debo haberme saturado con los asedios o algo, porque el asedio es una parte importante de la novela, y yo sin embargo no he logrado sumergirme en la narración como en otras ocasiones.
Ojo, ya he señalado las cosas positivas que he encontrado, pero simplemente aconsejo a los que quieran leer la novela que si han leído un par de novelas del 40K sobre asedios antes mejor se pongan con otra lectura y dejen esta novela para después, sólo por si acaso, porque creo que en mi caso he sentido como si me hubiera perdido "algo", como si pudiera haberla disfrutado mucho más si no hubiera tenido tan recientes lecturas similares.
Por lo demás, la novela sigue en la línea de la anterior, es decir, narración fluía y bien hecha, elementos interesantes y, sobre todo, Warhammer 40000 en estado puro.
(ficha e imágen obtenidas de la página web oficial de PlanetadeLibros.com)
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