miércoles, 19 de enero de 2011

Capítulo de Marines Espaciales propio (2ª parte)


(La primera parte puede encontrarse clicando aquí
)

FUSCINAE CUSTODES (Custodios del Tridente) /Continuación/

El Gran Waaahg Orko constituía una visión apabullante para la población recisiana, pero los tridentes no se amedrentaron y se dividieron en varios equipos de combate. El Senescal, informado de la pérdida de la Cuarta Compañía y de los graves problemas de la Quinta, encabezó, al mando de los veteranos de la Primera, un ataque de ruptura para tratar de destruir el cerco que mantenía sitiada a la capital Corsis. Se le unió la Tercera Compañía, conformando así el primer equipo de combate.

El resto del Capítulo se subdividió en otros dos equipos. La Segunda y la Sexta, apoyadas por la Décima al completo y elementos de la Octava y la Novena, iniciaron una ataque sistemático contra los grupos de pielesverdes más grandes repartidos por el planeta. En un momento dado la Sexta fue dada por perdida, pues sus comunicaciones quedaron silenciadas poco antes de una incursión al área de más densa jungla, donde según varios informes parecian haberse concentrado grandes cantidades de enemigos.

El tercer y último equipo de combate, formado por la Séptima al completo, el resto de componentes de las Compañías Octava y Novena, y las naves de batalla del Capítulo, mantuvieron un ataque contínuo sobre la flota pielverde que aún se mantenía en el espacio. Se realizaron numerosos abordajes, siendo notorio el valor mantenido por la escuadra “Alas de Tierra” cuando quedó aprisionada en uno de los pecios Orkos, que se sacrificó para estrellar la nave sobre la superficie de la estrella solar Trius.




Los informes que el Capítulo mantiene en sus archivos no aclaran los días que pasaron durante tan encarnizada lucha, ya que cada equipo inscribió diferentes espacios de tiempo, quizás achacado a que los “descansos” entre batalla y batalla apenas eran suspiros. Lo que sí queda registrado con absoluta certeza son las pérdidas que sufrieron a manos de la invasión pielverde: a la pérdida completa de la Cuarta compañía se unía la de la Séptima, además de la casi aniquilación de la Quinta y las graves pérdidas de la Octava y la Primera. El resto de Compañías también sufrieron muchas pérdidas, si bien podrían permanecer operativas apoyándose entre sí. La sexta, pérdida en las densas junglas de Recis, aparecería al cabo de casi un año con la mitad de sus integrantes, pero mostrando con orgullo un estandarte victorioso.

La “letanía sombría”


La etapa que siguió a La Purga de Recis conforma posiblemente la época más oscura del Capítulo. El Senescal Baldimer, trató por todos los medios de recuperar al Capítulo acelerando el proceso de reclutamiento todo lo posible, pero consciente de que no podía “estropear” la semilla genética decidió mantener unas pruebas excesivamente peligrosas. La pérdida de reclutas se mantuvo alta en todo este período, provocando en dos ocasiones el enfrentamiento entre el Senescal y el Centro Gubernamental Imperial del Sistema.

Por si fuera poco, precisamente en aquellos tiempos de recuperación, y posiblemente debido a ello, se sucedieron ataques xenos al planeta “natal” del Capítulo, Nusci, que provocaron luchas encarnizadas en las que los Tridentes mostraron un nuevo aspecto de su carácter: la “letanía sombría”.

Durante uno de los ataques a su Monasterio Capitular los Tridentes de la Tercera, la única Compañía que había quedado en el recinto en aquél momento, junto a los servidores del Capítulo, mantuvieron empecinadamente una defensa que parecía a todas luces perdida. Durante tres días y sus noches repelieron el ataque de la fuerza enemiga, que los superaba en diez a uno hacia el final del enfrentamiento. Abrumados los defensores, en lo que parecía el último acto de sus vidas y con la resignación en sus corazones por la inminente caída de su Monasterio (y por ende la vida del Capítulo), comenzaron a entonar un cántico lúgubre mientras afianzaban los pies en el suelo enlosado de su “casa”. Conforme la fila de Hermanos iba “recogiendo” el lamento la letanía cobraba fuerza y cada marine se convertía en un muro inamovible que se encumbraba sobre sus enemigos con fuerzas renovadas.

----------------------------------------------------------------------------------------------------
Cuando Baldimer se acercó a los Hermanos supervivientes estos tenían la mirada perdida, de sus agrietados labios y resquebrajados cascos sólo salía aquél triste cántico. De pronto se hizo el silencio, los cuatro Tridentes miraron a su Senescal, lo saludaron y acto seguido se derrumbaron.
Baldimer no pudo evitar sentir una enorme tristeza, elevó la mirada recorriendo los muros del Monasterio. Los impactos de proyectiles y explosiones parecían conferirle a la mole de piedra un aspecto antiguo y decrépito. Las enormes puertas de plastoacero estaban hundidas hacia dentro, y dejaban vislumbrar una pequeña parte del interior del edificio. Se veían pedazos de piedra pulida junto a trozos de lo que habían sido orgullosas estatuas de héroes del Capítulo.
Cerró los ojos unos instantes, quizás esperaba reunir la suficiente entereza para mirar los cuerpos… A su espalda comenzó a elevarse una letanía, la misma que había oído en boca de los Hermanos que ahora estaban en el suelo, a sus pies. Un escalofrío recorrió su espina dorsal, se obligó a abrir los ojos y a posarlos sobre los cuerpos de los caídos, sobre los Ttridentes que habían defendido la Fortaleza mientras a su alrededor los que lo acompañaban entonaban como un solo ser el sombrío canto.
----------------------------------------------------------------------------------------------------

Cuando el Senescal consiguió acudir con buena parte del Capítulo en ayuda de la Tercera, aún quedaban cuatro Tridentes en pie rodeados por los cadáveres de camaradas y enemigos. Entonaban la lúgubre letanía con estoicismo, permaneciendo en pie guardando la entrada de la Fortaleza-Monasterio. Ningún enemigo había traspasado aquellas puertas, pero el coste había sido excesivo.

La Fortaleza-Monasterio había sufrido daños, y de nuevo una Compañía al completo se había perdido. Los ataques xenos seguían ocurriendo, y hubo un momento en el que la tasa de pérdidas en vidas era demasiado alta, tanto que se temió que el Capítulo fuese destruido, que desaparecería en el olvido.

Pero los Tridentes no se amilanaron, acudieron a todas aquellas batallas en las que fueron necesarios, soportando las bajas con valor y resignación. La “letanía sombría” inundó los devastados campos de Nusci una y otra vez.
 

Pertenecer a un todo

El Capítulo volvió a recuperar sus fuerzas poco a poco. El Senescal veía que sus hermanos eran lo que debía ser un astartes, y estaba orgulloso, pero se daba cuenta de que sobre los Tridentes había caído un manto de resignación y pesimismo. Pensó mucho tiempo en una posible solución, para devolver la serenidad y cierta paz a los corazones de los Custodios. Finalmente se le ocurrió una idea cuando una gran flota de colonos llegó a la Tríada. El Capítulo necesitaba viajar al interior del Imperio del Hombre, necesitaba formar parte de las luchas de envergadura que estallaban por la galaxia. Necesitaban hacerse notar.

Baldimer contactó una vez más con los Puños Imperiales, sus otrora hermanos de Capítulo, y les ofreció los servicios de una Compañía de Batalla de Custodios del Tridente como apoyo para las misiones que realizaran. El Senescal sabía que los Puños Imperiales no podían desplegar un gran potencial lejos de su Fortaleza Capitular cuando fuera necesario, ya que el Capítulo históricamente defendía la Sagrada Terra.

Los Puños se sintieron ofendidos en un principio, la propuesta parecía indicar que ellos no podrían ocuparse de sus asuntos. Pero Baldimer no cejó en su empeño y viajó a Terra para convencer a sus antiguos compañeros. Tardó un tiempo considerable en ser recibido por el Señor del Capítulo de los Puños Imperiales, pero tras aquella entrevista las cosas cambiaron para los Custodios del Tridente. Se abrían nuevos horizontes para el Capítulo, plagados de grandes gestas, pero aún habría mucho que recorrer para que la alegría campara a sus anchas por los salones de la Fortaleza-Monasterio, y Baldimer no sería testigo de ello…

CONTINUARÁ...

______ _______ _______ _______ _______

(La primera parte puede encontrarse clicando aquí)______ _______ _______ _______ _______

5 comentarios:

  1. Gracias!!

    Voy lento pero espero seguir con el trasfondo hasta acabarlo por completo.

    ResponderEliminar
  2. Cómo has hecho las imágenes de la compañía? Están chulísimas!

    ResponderEliminar
  3. Hola Morkai!

    Gracias por el comentario.

    La compañía está hecha a mano (menos los vehículos), pero más bien son calcos, es decir, imprimía imágenes de los marines y luego las calcaba a mano (así podía dejar limpia la imagen), lo que sí hice desde cero fueron las armas "especiales", y otras cosillas, tardé bastante, pero como tenía ilusión por ahcerlo no me resultó demasiado pesado, luego como ves, en la presentación del capítulo en la última imagen sí que usé una aplicaciónq ue pulula por la red, de la web bolterandchainsword.com, hoy por hoy si tuviera que volver a hacer lo de la compañía lo haría sirviéndome de dicha web.

    Un saludo!

    ResponderEliminar
  4. Menuda currada, Sogad, está muy logrado, parece hecho con un programa.

    Un saludo!

    ResponderEliminar