EL REY DIOS (La Leyenda de Sigmar 3) (Tiempo de Leyendas 1ª trilogía)
Autor/es: McNeill, Graham
Editorial: Timunmas
Colección: Warhammer
Fecha publicación: 17/05/2011
ISBN: 978-84-480-3864-9
Páginas:
Cubierta: Rústica con solapas
Sinopsis:
El Rey Dios cierra la trilogía La leyenda de Sigmar, perteneciente a la serie Tiempo de leyendas. Sigmar, el primer Emperador, es un dios entre los hombres, un líder nato y un guerrero invencible. Tras derrotar a los orcos en el Paso del Fuego Negro y frustrar la invasión del Caos en Middenheim, el Imperio disfruta de cierta paz. Sin embargo, en los extensos desiertos de Nehekhara otro imperio está surgiendo. Nagash, el más temido de los nigromantes, está decidido a hacerse con el control del Viejo Mundo y no dudará en arrasar todo lo que se interponga en su camino con su imparable ejército de pesadilla. Cuando las legiones de criaturas sobrenaturales comiencen a invadir el Imperio, Sigmar deberá defender las tierras de los vivos del ataque de las hordas de los muertos para impedir que los sueños de dominio de Nagash se hagan realidad. El Rey Dios cierra la trilogía La leyenda de Sigmar, que relata la épica historia de Sigmar y de la fundación del Imperio.
Comentario personal:
Escrita por Graham McNeill. Año 2011. Tercera y última novela de la trilogía “La Leyenda de Sigmar” (incluida en la líneas Tiempo de Leyendas). Es interesante constatar que por fin Sigmar parece algo más, es decir, en las otras novelas es un hombre, con una visión diferente pero un hombre al fin y al cabo, en este libro sin embargo aparecen algunas cosas más que, a mi modo de ver, se echaban de menos. En esta ocasión el enemigo son los no-muertos comandados, como se ve en la portada, por el poderoso Nagash. Aparecen pues esqueletos, necrófagos, lobos no-muertos, espectros, vampiros, nigromantes, murciélagos, etc. El Imperio tendrá de nuevo que pasar una terrible prueba para permanecer unido y seguir conformando una nación que perdure en el tiempo. El autor ha sabido crear una historia interesante, donde Sigmar es sólo un personaje más, dejando un mayor protagonismo a los condes de cada región (o pueblo). Y es una buena idea, pues el lector irá viendo qué sucede en cada lugar del Imperio, y recordará que ésta nación está formada por un puñado de pueblos con sus propias culturas, pensamientos y miedos. Los no-muertos avanzarán sembrando el terror por donde pasen, destruyendo incluso pueblos enteros, y las gentes del imperio acabarán dándose cuenta de la importancia de su unidad. En la confrontación final Sigmar volverá a ser decisivo para la supervivencia del Imperio, pero, como en el resto de la trilogía, será gracias a la ayuda de la gente que lo rodea, no sólo hombres y mujeres de su amado Imperio, sino también de sus aliados enanos.