martes, 31 de enero de 2012

En mis tiempos pasados I

MI EJÉRCITO IMPERIAL DE MIDDENHEIM

Revisando el blog me he dado cuenta de lo poco que he hablado y enseñado de mis inicios en el hobby de Warhammer (sí que hay cosas, jeje, no hay más que mirar mi "Etapa mojada", pero no todo lo que podría haberos enseñado), y como no hace mucho estuve cambiando de sitio unas cuantas cosas y una de ellas (bueno en realidad un buen puñado) eran cajas donde guardaba mis primeras minis de Warhammer se me ha ocurrido hacerles unas fotillos y crear una serie de entradas hablando de ellas. Debo primero advertir que cuando empecé con el hobby mis intereses eran... de un coleccionismo torpe pero entusiasta.





Entusiasta porque poco a poco fui juntando una cantidad de minis que hoy por hoy no me explico cómo lo logré, y encima pintadas, cohesionadas e incluso con sus propias historias. ¿Suena bien?, sí, pero entonces entramos en lo de "torpe", y es que en ese afán de coleccionismo hubo un importante fallo, y es que no cuidaba realmente el pintado, y no me refiero a pintar mal, sino a que para mi, por aquél entonces, pintar era sólo "acabar de montar la mini", eso significa que no me molestaba en usar ningún tipo de técnica, sencillamente imprimaba y pintaba con los colores, nada de luces y sombras, es decir ni iluminaciones, ni degradados, ni... y encima barnizaba en brillante (¡¡sacrilegio!!, jeje). Y es que mi hobby al comienzo era sólo tener por tener, y como siempre me ha interesado más el trasfondo que lo demás, las minis eran sólo una representación del trasfondo, un añadido sin más. Obviamente con el tiempo las cosas cambiaron, pero tardé bastante en decidir que el aspecto de las minis realmente era importante, por eso conseguí reunir todo un ejército (y algo más) antes de cambiar mi manera de hacer las cosas.



Así pues coleccionismo torpe pero entusiasta. Como buen ejemplo de lo que digo es mi primer ejército de Warhammer, de El Imperio, concretamente de Middenheim. Pero antes de nada recordad que para mi siempre ha sido el trasfondo lo más importante, así que todas mis elecciones tenían razón de ser... y eso se reflejará en estas entradas, pero ojo, recordad también que mi afán inicial era coleccionar. Eso siginifica que de un lado todas las minis tienen su explicación, su historia, su razón, pero también siginifica que coleccioné todo, absolutamente todo, lo que había de El Imperio en ese momento (6ª edición). Los que sepáis de trasfondo os daréis cuenta del problema que supone eso: ¿arcabuceros en Middenheim?, ¿sacerdotes guerreros de Sigmar en la ciudad consagrada a Ulric?, pues sí, así es mi ejército de Middenheim, pero para mi todo cuadraba, ya lo veréis.



Un momento, permitidme que en esta entrada, que me temo que por lo que se está alargando no va a contar con imágenes (ejem), sirva también para explicar un poco por qué elegí a esa ciudad del Lobo Blanco. En principio quise huir como de la peste del color que GW explotaba hasta la saciedad en Reglamento, Libro de Ejército y las White Dwarf que cayeron en mis manos, es decir el rojo y blanco de Talabheim, así que busqué otro lugar que me interesase por su trasfondo. No fue difícil toparme con Middenheim, más aún porque reunía una serie de características que me atraían bastante, en primer lugar sus colores eran vistosos (azul y blanco); en segundo lugar era el centro religioso del culto a Ulric y por tanto se alejaba del culto a Sigmar, que, obviamente, tampoco es santo de mi devoción, jeje; en tercer lugar es una de las ciudades más importantes de El Imperio; y en cuarto lugar la provincia de la que es capital, Middenland, actúa políticamente como representante de las provicnias norteñas frente a las sureñas, siendo las primeras las que suelen tener una visión más pesimista de la realidad al vivir en una zona más inestable (suelen ser lugares más peligrosos, reciben más ataques y sufren climáticamente), y las segundas vivir de una manera más acomodada.



Bueno... ya digo que lo que me interesaba y me interesa es el trasfondo ¿no?. Con el tiempo resultó que mi elección me dio varias inesperadas sorpresas, como por ejemplo cuando apareció el evento de La Tormenta del Caos, en la que Middenheim tomó un interesante protagonismo, llegando incluso a disfrutar de la salida de miniaturas exclusivas para ella con motivo de dicha campaña, que, por supuesto también me compré. Además, añadí un contingente aliado kislevita y me dejé llevar por el coleccionismo más puro al hacerme incluso con tropas mercenarias ogras (aunque esto requiere una explicación en otra de estas entradas). Por el camino, es decir, mientras seguía aumentando el número de mi ejército imperial, también empecé a coleccionar ejércitos de Enanos y Caos, pero eso ya lo iré desvelando.

Por ahora voy a dejar aquí esta primera entrada de varias, porque si empiezo a meter más fotos y explicaciones... me alargaría demasiado, pero al menos ya hay un punto de inicio del que podré continuar con agilidad.

¡Hasta la siguiente entrada!

4 comentarios:

  1. Me tienes intrigado...y a la espera de más

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  2. Jeje, espero poder tener el segundo hoy o mañana. Peor puede que te asustes del pintado. XD

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  3. Tu has visto las fotos de mis altos elfos ¿no?.

    Entonces ¿como me voy a asustar de los comienzos de otro?

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  4. Jajaja, pero tu no has barnizado brillante ¿no?. En realidad traté siempre de hacer un acabado limpio en el pintado, y en principio quizás lo conseguí, pero ese barniz brillante... a parte de que hace que las minis parezcan siempre mojadas también acabó dándoles una pátina amarillenta que las afea bastante...

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